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Vino Tinto

El vino tinto forma parte de nuestra vida. Es un arte milenario y aunque hemos ido perfeccionando este proceso la base es la misma: la fermentación del vino. Saber más

Elaborar un vino tinto consta de las siguientes fases:

Vendimia: No es solo recoger la uva, es muy importante seleccionar los racimos que están en su punto exacto de maduración, es decir que cuenten con la cantidad adecuada de azúcares ya que de ello depende la fermentación y el nivel de alcohol que tendrá el vino.

Despalillado: En el cual se separa la uva del racimo.
Estrujado. Es el momento en el que se rompen las pieles de las uvas (hollejos) para obtener el zumo de la uva, es importante no romper las semillas de las uvas ya que éstas proporcionan amargor al zumo.
La primera maceración y fermentación alcohólica: El mosto y los restos de uva se trasladan a un depósito donde se produce la maceración que es el momento en el que la uva, especialmente el hollejo, aporta al vino tinto el color, los taninos y los aromas. En paralelo se está produciendo la fermentación que es cuando los azúcares del zumo de uva se convierten en alcoholes.
Fermentación maloláctica: El ácido málico se transforma en ácido láctico, busca eliminar cierta acidez del vino para que sea más agradable su consumo.
Trasiego, clarificación y filtración. El trasiego consiste en cambiar el vino de recipiente para que se oxigene, la clarificación es un proceso químico natural que ayuda a condensar cualquier impureza y el filtrado se utiliza para eliminar las impurezas que queden.
La crianza: Se produce en barricas, la duración determinará si el vino tinto será un Crianza, un Reserva o un Gran Reserva.
El embotellado es la última fase de elaboración del vino tinto, también forma parte de su crianza ya que el vino evolucionará en la botella.
No siempre se dan todas estas fases. Dependiendo del tipo de vino algunas no se producen.

La principal uva autóctona de nuestro país es la Tempranillo, aunque hay muchas otras variedades también que se utilizan en nuestros vinos como la Garnacha, la Mencía, Monastrell, Graciano, Mazuelo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, y Pinot Noir principalmente.

En Bodega Santa Cecilia tenemos a vuestra disposición una amplia gama de vinos tintos, con más de 2000 referencias en nuestro catálogo.

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