Bodega Marco Abella
En el siglo XII llegaron al Priorat los monjes cartujos franceses e introdujeron las variedades que son hoy en día propias de la región: la garnacha y la carignan. La familia Marco, viticultores desde el siglo XV, ya estaba afincada en Porrera, como ya consta en el primer censo de Cataluña, en 1497 Saber más.
A finales del siglo XIX, la filoxera, al igual que en el resto de Europa, atacó los viñedos de Priorat y la familia Marco se vio obligada a emigrar a Barcelona pero conservó las tierras de Porrera.
En 1898 nació Ramón Marco Abella en Porrera. Hombre emprendedor y de fuerte carácter, decidió volver a dar vida a la que había sido una de las mejores viñas de la región del Priorat.
Después de un siglo, su nieto David y su esposa Olivia, deciden dar un paso más y construyen una bodega de corte moderno para empezar a elaborar vino con marca propia, contribuyendo de esta manera al prestigio mundial de los vinos del Priorat.
La altura, el suelo y la orientación de cada una de sus parcelas confieren a cada uno de los vinos una identidad propia. Su filosofía consiste en conseguir que los vinos expresen la autenticidad, tipicidad y esencia del pueblo de Porrera, siendo totalmente respetuosos con el medio ambiente.
Los motivos de las etiquetas se inspiran en los viñedos y el paisaje agreste del Priorat. Reflejan el espíritu de arraigo a la tierra y la contemporaneidad de esta bodega. Josep Guinovart pintor y buen amigo de la familia, las pintó en 2006 para Marco Abella.