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Vinos para echarse a temblar

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¡Ya es Navidad!, según algunos centros comerciales. Sea como sea, ya estamos de lleno en las estaciones frías y es lógico que apetezcan platos más consistentes y de temporada: setas, guisos, caza… Entonces nos surge la pregunta: ¿Qué vinos son los más apropiados para degustarlos?

Los platos de cuchara, que incluyen legumbres habitualmente, se potencian con los matices vivos de tintos jóvenes, incluso con un breve paso por madera, en los que la fruta tiene bastante protagonismo. Incluso combinan muy bien con vinos refrescantes.

A la hora de maridar un estofado, como vaca a la jardinera o rabo de toro, se recomienda mayor consistencia. Tintos potentes de la línea de Priorat, Ribera, Toro. Los más valientes incluso podrían apostar por algunos blancos glicéricos, opulentos e intensos.

Las setas son todo un mundo, lleno de delicados matices y aromas. Dada la textura suave de la mayoría, conviene acompañarlas con vinos blancos fermentados en barrica. También con espumosos con estructura y cierta vejez, al menos con 15 meses de crianza en sus lías. Incluso serían una combinación perfecta con Mencías del Bierzo. En general con tintos más bien afrutados y ligeros, que proporcionan una gama aromática y de sabores que encajan perfectamente con ellas.

Por otro lado, para las setas de sabores más intensos como los boletus, recomendamos un buen vino blanco muy graso y con volumen trabajado en madera, como Chardonnais, Godellos o algunos blancos mediterráneos. También sería altamente recomendable un Albariño de crianza en depósito, que aporta la complejidad del tiempo pero no el sabor de la madera.

Respecto a la caza, empezamos diferenciando entre caza menor (aves) y mayor (jabalí, corzo…).La caza menor tiene un sabor menos fuerte y funciona muy bien con tintos de reserva y gran reserva, sabrosos pero no excesivamente potentes. Los Riojas o Riberas son un perfecto ejemplo. Otra magnífica posibilidad son los vinos del Penedés o Navarra.

Por su lado, la caza mayor necesita vinos de mayor potencia y las opciones son múltiples: Jumillas, Riberas, Tempranillos de Castilla y León y muy especialmente los vinos de Toro y del Priorat.

Está claro que ante todo está el gusto y paladar personal. Pero esperamos que esta pequeña orientación, os haga disfrutar más de los manjares otoñales.

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