¿Te imaginas cambiar las sevillanas por el rap, los lunares por cuadros escoceses o los sombreros cordobeses por chisteras? Algo así sucedería si viviéramos una Feria de Abril sin vino de Jerez.
Como cada año, ha llegado el momento. Casetas, albero, claveles y entre baile y baile, entre cante y cante, lo mejor que hay es una copita de esta joya. Por suerte, tenemos para elegir. Estos son los principales tipos:
Fino
Es un vino pálido, de color oro pajizo, con un aroma delicado y punzante, seco y poco ácido, con graduación entre 15,5º y 17º.
Manzanilla
Fabricada en San Lucar de Barrameda, es un vino seco con color pálido y aroma punzante, ligero al paladar, poco ácido, con una graduación entre 15º y 17º. Su crianza en flor lo hace perfecto para acompañar a mariscos y tapas.
Amontillado
Es un vino de color ámbar, entre fino y oloroso, de aroma punzante y sabor a nueces y avellanas. Suave, seco y con una graduación entre 16º y 18º. Marida muy bien con pescado y carnes suaves.
Palo Cortado
Este vino evoluciona más que ninguno, ya que al principio se presenta como fino, progresa a un amontillado y acaba siendo un oloroso. Suele presentar tonos rojizo y marrones y una graduación entre 18º y 20º.
Oloroso
Presenta un color oscuro y es muy aromático, con un agradable aroma a caramelo y nuez, mucho cuerpo y una graduación entre 18º y 20º. Combina muy bien con quesos y carnes.
Crema de Jerez
Surge de la combinación entre un oloroso y un fantástico toque de dulce. Esta sensación dulce se produce por la exposición al sol de las uvas maduras durante 2 o 3 semanas, que lleva a su fermentación y posterior adición de alcohol. Tiene gran personalidad, sabor y una graduación entre 18º y 20º. Ideal para acompañar postres o quesos.
Pedro Ximenez y Moscatel
Se fabrican con las uvas que llevan su nombre. Al alcanzar una maduración avanzada, se ponen al sol varias semanas para concentrar su glucosa. El resultado es un vino delicioso, con alto contenido de azúcar, de baja graduación y un color rojizo que se va oscureciendo.
Hay más clases de vinos de Jerez, pero estos son los principales. Parece increíble que en una franja tan pequeña de Andalucía, como es en el triángulo entre el Puerto de Santa María, Jerez y Sanlúcar de Barrameda, surja tanta riqueza de sabores, de matices y de amor por el vino.
Fuente foto: hola.com