Es increíble la cantidad de sensaciones y emociones que un vino nos puede provocar. Algunas son completamente nuevas y otras son experiencias del pasado que no queremos olvidar del todo y que, sorbo a sorbo, el vino nos ayuda a recuperar.
De hecho, los nuevos estudios desarrollados por el Texas A&M Health Science Center College of Medicine (USA) y publicado en la revista Nature, afirma que el vino tinto ayuda a prevenir el deterioro de la memoria, gracias al resveratrol. Este antioxidante natural está presente en alimentos como uvas rojas y supone una mejora considerable en la memoria y en el aprendizaje espacial.
Además de sus efectos directos sobre la memoria, los científicos concluyen que el resveratrol tiene un efecto muy beneficioso en la zona del hipocampo, área del cerebro fundamental para nuestra memoria, aprendizaje o estado anímico. Provoca un mejor flujo sanguíneo en el cerebro y un nivel de inflamación inferior en el hipocampo. En conclusión: el tratamiento con resveratrol puede ayudar a mejorar la memoria y la función del estado de ánimo, sobre todo en edades avanzadas.
Si tenemos en cuenta que a medida que envejecemos vemos reducida nuestra capacidad cognitiva, estos son descubrimientos que pueden tener una gran relevancia en los tratamientos de deterioro cognitivo, pérdida de memoria o enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
Suponemos que esta es una mala noticia para aquellos que beben para olvidar. Para nosotros es una gran noticia, porque el vino es todo lo contrario a borrar de la memoria.
Los que amamos el vino hablamos de Historia (de una bodega, de una DO…). Hablamos de Recuerdo (en boca, reminiscencias de algunos sabores o matices…). Memorizamos añadas, nombres de sumillers, variedades de uva. Nos encanta recordar cuál es nuestra pasión y disfrutarla cada día, haciendo de cada copa de vino un momento imborrable.
Fuente foto: wedesignusb.com