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Cuenta la leyenda que las migas tienen su origen en un día de lluvia, cuando una familia de pastores se dejó fuera el pan. A la mañana siguiente, el pan amaneció hecho migas. Como en aquella época se aprovechaba todo, decidieron probar a tostar las migas. Y como no les pareció mala idea, otro día decidieron además añadirle trocitos de carne. Incluso una semana más tarde, le añadieron verduras. Y así, prueba tras prueba, nace este plato tan tradicional de la cocina española.
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También hay gente que sitúa su origen en el tharid musulmán, uno de los platos más tradicionales de la cocina andalusí.
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Hoy en día, podemos degustarlo en muchos sitios, pero en Madrid, hay algunos especialmente aconsejables, que merece la pena no perderse.
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Aquí tenéis algunas recomendaciones, con su propuesta de maridaje.
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EL COSO Calle Máiquez, 48. Madrid
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En esta taberna podemos probar multitud de tapas y raciones variadas, como el salpicón de mar y de la huerta gaditana, salmorejo, corte de foie y frutos rojos y sobre todo sus deliciosas migas extremeñas. Os proponemos maridarlas con un vino con cuerpo y contundencia, como el plato. Es el Muruve Crianza. Un vino expresivo en nariz (vainilla y canela) con taninos sabrosos, redondo y aterciopelado sobre un color atractivo rojo rubí cubierto y brillante.
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EL GOLOSO Crta. Colmenar Viejo, salida 18
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Uno de los restaurantes más conocidos de los alrededores de Madrid, ya que de sus fogones salen pescados de primerísima calidad, carnes suculentas y en general raciones muy tradicionales, entre las que destacan las migas manchegas con huevo. Preparadas como más nos gusta: bien cuajadas, nada grasientas, aderezadas con algunas uvas y con unas viandas extraordinarias.
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A un plato sencillo como las migas, le viene muy bien maridarlo con un poco de sofisticación, como este cava Freixenet Brut Reserva. Un cava color amarillo limón, con la elegancia de su fina burbuja. Limpio y brillante. Abundante desprendimiento de carbónico. En nariz sobresalen los finos aromas de frutas cítricas, mezcladas sobre fondos de frutos secos y aromas de crianza. Su prolongado envejecimiento le da una buena estructura en boca, pero conservando un fondo fresco y suave, representativo de su particular bouquet.
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TABERNA DE CONSPIRADORES C/ Moratín, 33
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Una taberna extremeña con verdadero sabor, que abrió sus puertas en 1993 y cuenta con varias sedes en el centro de Madrid. Su carta está repleta de especialidades, como la carcamusa, el ciervo en salsa o los quesos e ibéricos. Pero entre todos, destacan las migas, preparadas al estilo de la abuela, para trasladarnos a otro lugar. Su sabor tan auténtico marida a la perfección con un Montecillo Crianza. Un vino color rojo violáceo, brillante y vivaz. En la nariz es muy potente, afrutado, goloso con un fondo muy limpio de madera americana con cocos y notas de mora en el final y toques de eucalipto que lo hacen más profundo y complejo. En la boca muy amplio y expresivo, se ha integrado perfectamente para conjuntar la madera con la fruta compotada. Largo postgusto donde aparece predominante una madera de excelente calidad que envuelve la fruta madura, franca y explosiva.
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Fuente foto: sherrywines