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La cultura mediterránea ha estado siempre unida el vino y al aceite. Desde su llegada a nuestra cultura, el vino ha sido un ingrediente que no sólo se bebía, sino que se utilizaba para añadir a los guisos y para la conservación y aderezo de los alimentos.
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Los ejemplos del vino en los fogones son infinitos, tanto en la cocina popular como en la cocina de autor. Algunas recetas de siempre han tenido el vino entre sus ingredientes principales y han alcanzado la categoría de clásicos. Por ejemplo, muchas de las salsas más famosas incluyen el vino en sus ingredientes, sin olvidar grandes platos como los riñones al Jerez, los pichones al Oporto, elcoq au vin, el cerdo al tinto del Piamonte, el gulash .....
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Otras veces surgen recetas que originariamente no llevaban vino y que alguien las mejora añadiendo el "mágico" ingrediente. Es el caso del restaurante Tsuta en Tokyo, primer restaurante de ramen del mundo en obtener una estrella Michelín. Este templo del comer tiene un ramen estrella, elaborado con caldo de salsa de soja (shoyu ramen), cuya salsa de soja se envejece durante dos años en barricas de cedro y al que le dan su toque especial añadiéndole al caldo vino tinto y aceite de trufa negra italiana.
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Muchos son los ejemplos, pero aquí van dos de nuestras recetas favoritas en las que el vino es protagonista y que muy pronto entran en plena temporada. Además os sugerimos dos restaurantes emblemáticos en Madrid donde poder disfrutarlas:
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1.- Rabo de Toro.
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Casa Toribio recibe, en exclusiva, la carne de los toros que se lidian en la plaza de toros de Las Ventas y tiene uno de los mejores platos de rabo de toro de Madrid. El secreto está en la materia prima entre la que destaca el vino tinto de Toro: el rabo se deja macerar en el vino tinto y se cocina a fuego muy lento, durante casi cuatro horas. Delicioso.
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2.- La lamprea
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Este extraño pez primitivo, con más de 400 millones de años y de aspecto similar a la anguila, tiene una textura parecida a la de la carne pero con un sabor fuerte e inconfundible que lo hace muy especial. Plato Típico de las cocinas francesa y gallega, es frecuente encontrarlo cocinado a la bordelesa, macerado con vino tinto y guisado con la propia sangre del animal. Un sitio perfecto para degustarlo es Arce, en Augusto Figueroa, 32.
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Fuente foto: simplyscratch