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  • SELECCIÓN DIA DEL PADRE

Archivo por meses: marzo 2015

  • Platos de Semana Santa y sus maridajes recomendados.

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    La Semana Santa es una tradición arraigada en nuestra cultura desde hace siglos, en muchos aspectos. La cocina no es una excepción. Las prácticas religiosas van ligadas a las vigilas. Y con ellas a platos que incluyen verdura y pescados, que nos sirven para respetar estas tradiciones.

    Estos platos, además de ser respetuosos con la tradición, son tan suculentos como los preparados en otras estaciones del año. Y por tanto, merecen un maridaje cuidado y concreto. Estas son algunas de nuestras recomendaciones:

    Bacalao al pilpil.

    Sin duda, una de las mejores formas de cocinar un bacalao. Recomendamos un blanco muy ácido y fresco, tipo txakolí. Este vino limpia la boca de la gelatina del bacalao y de la intensidad del pilpil y nos prepara para el próximo bocado. Al tratarse de un pescado con tanta gelatina, lo ideal es un blanco con una elevada acidez.

    Tortilla de bacalao con pimientos.

    Las tortillas son platos muy recurrentes, fáciles y rápidos de preparar. Recomendamos un buen cava que marida muy bien con los huevos y acompaña perfectamente la intensidad del pescado y el pimiento.

    Potaje de bacalao y espinacas.

    Esta receta une en un solo plato los ingredientes típicos de esta época de Cuaresma: el bacalao, los garbanzos y las espinacas, para hacer un plato que es el icono de estas fechas. Recomendamos acompañarlo con un blanco elaborado con la variedad verdejo y con fermentación en barrica o ligera crianza a ser posible para acompañar la consistencia e intensidad de este plato.

    Bacalao a la tranca con pimientos asados.

    Las verdad es que, tanto las recetas de bacalao portuguesas como las españolas, todas son sobresalientes. Para este plato recomendamos un tinto, por ejemplo un Bierzo 100% Mencía, que acompañe con personalidad a este plato poderoso.

    Como vemos, la mayoría de los principales platos de Semana Santa, tienen su base en el bacalao, quizá porque antiguamente era uno de los ingredientes que por el método de la salarlo se conservaba mejor. Pero no sólo de bacalao vive el hombre. En nuestro próximo post ampliaremos el recetario con recetas de dulces postres típicos de estas fechas y su maridaje. Sed buenos!

     Fuente foto: www.cocinar.net

  • El vino, ingrediente clave de los postres de Semana Santa

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    Durante siglos, los más religiosos han aconsejado no tomar carne durante la Semana Santa.

    Por suerte, a menos que nosotros sepamos, nadie nunca ha dicho nada del vino o de los buenos licores... Así que estamos de suerte y podemos disfrutarlos durante estos días. Una de las maneras más habituales de tomarlos es acompañando, o formando parte incluso de los muchos postres típicos de esta época. Estas son algunas de las recetas más representativas:

    Torrijas al vino.

     Las torrijas es uno de los postres españoles más tradicionales, sobre todo en esta época del año. Hay muchas formas de prepararlas, podemos utilizar un buen vino tinto con cuerpo y afrutado y si somos muy golosos atrevernos a elaborarlas o acompañarlas con vino Pedro Ximenez.

    Pestiños.

    Los pestiños acompañan a las torrijas como dulce típico de la Semana Santa. Incluyen una copita de vino dulce o anís.

    Buñuelos del Empordá

    Postres típicos de Semana Santa en el Empordà (Cataluña). Su receta recomienda1/3 de vaso de moscatel o 2/3 de vaso de anís.

    Buñuelos al viento

    La masa de este postre suele tener forma de bola, y al freírse puede llegar a doblar su volumen. Es por esta razón por la que se les denomina con el apelativo «de viento». Incluye media copita de vino blanco.

    Roscos de Semana Santa

    Deliciosos roscos elaborado de forma artesanal, receta típica de Chiclana de la Frontera, con su buen vino moscatel. De textura crujiente y de agradable sabor a especias.

    Perlitas de tapioca al vino tinto

    Bolitas dulces, transparentes y suaves, que se sirven frías e incluyen una copa de vino tinto.

    Como vemos, la mayoría de estas recetas tienen a utilizar vinos dulces. Y es que, entre procesión y procesión, a nadie le amarga uno. Sobre todo cuando incluyen un chorrito de delicioso vino o anisado que les da ese toque especial.

    Fuente foto: www.semanasantadealmazan.com

  • ¿Cuál es la temperatura idónea para servir cada vino?

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    Ya llega la primavera y con ella la alegría, el buen tiempo, el calorcito y  la necesidad de tener clara la respuesta a esta pregunta!

    Se trate de una cálida cena romántica o de una fría comida de trabajo, lo cierto es que cada vino tiene una temperatura adecuada para ser servido. Sólo así podemos disfrutarlo correctamente y apreciar todas sus características y matices.

    TINTOS

    Como regla general, los vinos tintos deben servirse en un intervalo entre 16 y 18ºC para que conserven todos sus componentes y se degusten adecuadamente sus matices. Siendo más concretos, los tintos jóvenes pueden tomarse entre 12 y 15ºC para potenciar su frescura y matices florales, los crianzas entre los 16 y 18ºC y los vinos mas envejecidos entre 18 y 20 ºC.

    Temperaturas más altas no nos interesan pues provocan la evaporación de los alcoholes. Demasiado calor hace que la volatilidad del alcohol inunde el paladar, haciendo muy difícil apreciar los distintos matices y aromas.

    Por eso desaconsejamos el mito de servir los tintos a “temperatura ambiente”. Un mes de Agosto la temperatura ambiente puede arruinarnos la cata de cualquier vino en casi cualquier punto de la geografía patria ..… por eso en verano será recomendable enfriar la botella en una cubitera con agua fresca durante las comidas y evitar dejar la botella al sol y que suba su temperatura a lo largo de la comida y en vez de vino al postre tengamos un caldo! Palabra por cierto que por este motivo no nos gusta nada usar cuando hablamos de vino….pero ese es otro cantar.

    BLANCOS Y ROSADOS

    En el caso de los vinos blancos jóvenes secos, se tomarán frescos, pero no excesivamente. Un buen intervalo para disfrutar de sus matices frutales oscila entre 7 y 10ºC. Con temperaturas más altas destaca demasiado el alcohol y si son excesivamente bajas, resalta su acidez y se disipa su verdadera personalidad.

    Los blancos dulces se aconseja servirlos algo mas fríos sobre los 6ºC, temperatura a la que se resalta sus toques frutales y los matices dulces resultan más elegantes.

    La temperatura ideal de los blancos fomentados en barrica o con crianza es entre 10 y 12ºC, vigilando que no sea inferior para no perder los detalles y complejidad que les da el roble.

    Las manzanillas, finos y otros generosos, se recomienda servirlos entre 7 y 10ºC

    Si hablamos de vinos rosados, se recomienda servir entre 6 y 8º C. En este punto conviene recordar que por debajo de los 5ºC,no se perciben los sabores con rigor.

    BURBUJAS

    En general la temperatura idónea para tomar el cava, champagne o espumosos de calidad oscila entre 5 y 7ºC.

    Siempre la mejor recomendación es preparar el vino con tiempo, nunca mantenerlo en la nevera por mucho tiempo pues puede coger aromas del corcho y preferiblemente enfriarlo siempre en cubitera.

    Así conseguiremos sacarle todo el partido y disfrutarlo al máximo todo el año, haga frío o calor.

    Fuente foto: www.enoarquia.com

  • Como vino para chocolate: una combinación de película

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    Estamos de suerte porque dos de las cosas más apetecibles del mundo, el vino y el chocolate, hacen una combinación perfecta.

    Lo primero que hay que tener en cuenta es que como en cualquier buen “matrimonio”: ni el vino ni el chocolate deben perder su esencia al ser consumidos conjuntamente. Tanto uno como otro deben conservar su personalidad y propiedades. Si no fuera así, uno de los dos productos quedaría anulado o disminuido y no lograríamos el efecto buscado.

    Cada tipo de chocolate o postre elaborado con él,combinará de forma distinta con cada vino. Hay muchos tipos de chocolate y muchos tipos de vino. Así que no existe una receta única para maridarlos y se trata de probar e ir encontrando nuestra opción favorita, pero estas son unas pautas básicas para acertar con más probabilidad:

    Una de las mejores opciones para maridar el chocolate son los Oportos, en todas sus variedades,Vintage, Ruby y Tawny.

    También podemos descubrir pequeños trucos buscando la nota común entre chocolate y vino y de esta manera potenciaremos el sabor de ambos intensamente. Son maridajes por afinidad o armonía. Por ejemplo un chocolate con frutos secos acompañarlo con vinos generosos con aromas a avellanas y nueces como son los Olorosos o los Amontillados. O un chocolate con pasas con un delicioso Pedro Ximenez!

    Pero una de nuestras armonías favoritas es con el vino Tinto. ¿Quien al final de una comida no le ha sobrado un poco de vino y al tomárselo con el postre de chocolate ha descubierto por casualidad un mundo de sensaciones?

    Aquellos chocolates con menor porcentaje de cacao en su elaboración, maridarán mejor con vinos de cuerpo más ligero y afrutado, con sabor más suave, que se complementarán muy bien con la frutosidad del chocolate. Reservas y grandes reservas de Rioja y Borgoñas pueden darnos grandes sorpresas.

    En el caso del chocolate amargo, aquellos a partir de un 70% de cacao, maridan perfectamente con vinos de más cuerpo, como el Cabernet Sauvignon, vinos de Toro, Burdeos… en estas combinaciones la manteca del cacao suaviza la corpulencia del vino y lima la sequedad de los taninos.

    Existen también algunos vinos blancos muy aconsejables de maridar con chocolate como son los vinos alsacianos de Riesling o Gewurztraminer, el Moscato o el Sauternes.

    La combinación vino y chocolate es un clásico y para mejorarla, sólo cabe sumarle un ingrediente imbatible: buena compañía.

    Fuente foto: www.excelsior.com

  • El vino, remedio perfecto contra la mala uva.

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    -       Cuál es el secreto de un buen vino?

    -       Abre la botella y déjalo que respire.

    -       Si parece no respirar, hazle el boca a boca.

     

    Por fin se ha confirmado lo que desde hace siglos veníamos sospechando: nuestro sentido del humor cambia totalmente al degustar una buena copa de vino.

     

    Recientes estudios científicos realizados por prestigiosos laboratorios internacionales, afirman que el consumo de vino mejoran nuestro carácter y estado anímico general. Es decir, que estamos de mejor humor cuando regamos nuestra vida con un buen tinto o un verdejo, por ejemplo.

     

    El vino es fuente de salud y bienestar. Sus propiedades se enfocan tanto hacia nuestra salud física, como a la psicológica. Su alto contenido en vitaminas A, B y C y en minerales como el magnesio, el potasio, el flúor y el calcio hacen de esta bebida un aliado en el estado anímico de muchas personas.

     

    Por otro lado, el vino también contiene hierro, ayudar a equilibrar los niveles de colesterol y reduce considerablemente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, reduce la periodontitis, evita la progresión de los problemas de visión, disminuye el dolor producido por las enfermedades de las articulaciones, previene problemas cardiovasculares y estimula el sistema inmunitario.

     

    La ecuación parece clara: si hay mejor salud, hay mejor sentido del humor.

     

    Si a estas propiedades le sumamos sus beneficios directos a nivel anímico: que nos ayuda a reducir el riesgo de depresión, mejora la lucha contra el envejecimiento y a disminuir el estrés y la ansiedad, podemos considerarlo positivo con mucho más motivo.

     

    Dicho esto, el vino, no sólo nos ayuda a estar más alegres, sino que también nos aporta muchos otros beneficios a nivel anímico, mejora el estado de la piel y es el perfecto aliado de nuestra vida sexual.

     

    Ya lo dice la canción: dale alegría a tu cuerpo, Macarena. O lo que es lo mismo: dale un Rioja, un Rueda, un espumoso o un Jerez.

     

    Un último consejo: el vino en cantidades moderadas. La alegría, a espuertas.

     

    Fuente foto: distribucionesplata.com

     

     

     

     

  • Vino pret a porter

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    El vino y la moda, dos ámbitos distintos, a menudo vinculados al buen gusto, al glamour y el lujo, a la elegancia, por fin han alcanzado el maridaje perfecto.

     

    El vino se sube a la pasarela, no en la copa que sostiene una modelo mientras desfila, sino en las propias prendas que viste.

     

    Micro-be es un proyecto tiene su origen en la Universidad de Australia Occidental, donde un equipo de investigadores han conseguido fabricar un tejido muy similar al algodón, partiendo del vino.

     

    Tras distintos test y largas pruebas, han alcanzado un tejido resistente y duradero. En colaboración con diseñadores de moda, han confeccionado todo tipo de prendas, tanto de hombre como de mujer, con resultados sorprendentes.

     

    El investigador Gary Cass, su descubridor, nos cuenta que el proceso consiste en añadir la bacteria llamada 'Acetobacter' en las cubas de vino. Así el vino se convierte en vinagre. La capa resultante es cosechada y secada en un maniquí hinchable, para poder darle la forma que el modisto elija, dependiendo de la prenda y diseño buscados.

     

    En su página web podemos ver fotos y descubrir más: http://bioalloy.org/micro-be

     

    Quizá esta Fermented Fashion, sea un paso más dentro de la ecomoda o moda Green, más respetuosa con nuestro entorno.

     

    Actualmente trabajan en la búsqueda de materiales más resistentes, para poder comercializar definitivamente su línea de ropa. Pero a nosotros nos surgen varias preguntas:

     

    ¿Durará más cada prenda si está hecha con un vino joven? ¿Valdrá más una falda si está confeccionada con un Gran Reserva? ¿La etiqueta de la prenda será una etiqueta de vino, o será al revés?

     

     Fuente foto: http://bioalloy.org/micro-be

  • GranGranGran… Reserva

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    Hay vinos cuya etiqueta es prácticamente la página de un libro de historia. Lo han visto todo: el descubrimiento de América, las dos Guerras Mundiales, las 15 temporadas de Gran Hermano… Y lo más curioso es que siguen vivos, en perfecto estado de conservación. Es el caso del un vino conservado en un tonel desde hace 540 años, en Alsacia. Concretamente un vino blanco seco de la cosecha de 1472, producido en dicha región del este de Francia.

    Hasta ahora, cuando hablábamos de un vino antiguo, pensábamos en esa botellas sueltas encontradas entre los restos de un barco, hundido hace dos o tres siglos. Pero este descubrimiento lo pone todo patas arriba, abriéndonos la puerta a descubrir vinos mucho con mucha más solera de lo que podíamos imaginar.

    La noticia surge cuando llega la hora de cambiar de recipiente dicho vino.

    Según los informes de la época, el primer tonel duró hasta 1718, momento en el que fue sustituido por uno de similares características. Este segundo tuvo otros tres siglos de vida, hasta que se deterioró demasiado, sufriendo roturas y escapes, y llegando a perder unos cuatro litros anuales.

    Recientemente, el vino más longevo del mundo ha necesitado un nuevo cambio de tonel. En un primer momento, el vino fue trasladado a un recipiente de acero inoxidable, para garantizar su correcta conservación. Finalmente se construyó uno más adecuado, de 450 litros, que han fabricado unos maestros toneleros en Burdeos, y en el que ya reposa el vino.

    Según aseguran los expertos que han tenido contacto con él, tras 543 años, el vino conserva todas sus virtudes y un grado alcohólico de original: 9,4%.

    Lo curioso en todo este tiempo, siglos de historia, es que sólo tres personas han logrado catar el vino. El último caso fue el General Lecrec, que fue honrado con una copa tras liberar Estrasburgo de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

    ¿Quién será el próximo?

    Fuente foto: www.thelocal.de

  • Vinos de museo

    Uno de los mejores planes posibles en una ciudad como Madrid, es hacer una visita cultural, seguida de unos buenos vinos en las magníficas tabernas que encontramos por todos lados. Si elegimos el Museo del Prado, encontraremos sitios cercanos para tomar algo tras la visita. Pero incluso durante el recorrido del museo, veremos obras de arte que nos irán abriendo el apetito y las ganas de disfrutar de una buena copa de vino.

    Estos son algunos buenos ejemplos:

    EL TRIUNFO DE BACO (VELÁZQUEZ)

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    Baco, dios del vino, corona a un joven soldado, rodeado de otros bebedores. Velázquez nos lo presenta sentado sobre un tonel, sin apenas ropa y tocado con hojas de vid. Su originalidad radica en el tratamiento del tema, alejándose de la tradición ennoblecedora del mito. Velázquez escoge una reinterpretación naturalista,donde destaca el contraste entre la gravedad de las figuras de la izquierda y la ironía picaresca mucho más realista del grupo de la derecha. Destaca la influencia colorista de Rubens y la pintura veneciana del siglo XVI.

     

    LA VENDIMIA (GOYA)

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    Este lienzo forma parte de los cartones que servían como bocetos de los tapices pintados por Goya para decorar el Palacio del Pardo. El cuadro nos presenta el otoño, en plena vendimia. En primer término vemos a un aristócrata sentado, que ofrece un racimo de uvas a una mujer. El niño que hay entre ellos se alza, intentado coger el racimo de uvas y detrás de ellos, una muchacha sostiene una cesta mientras mira directamente al espectador. Destacan los tonos más propios del otoño: amarillos y ocres, que contrastan con el color azul del cielo y las montañas.

     

    LA BACANAL DE LOS ANDRIOS (TIZIANO)

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    Representación de un tema mitológico frecuente, una bacanal en la isla deAndros, celebrando una fiesta por Baco, dios del vino. Fiesta, vino, dioses… son conceptos ya unidos para siempre por el arte. Por eso este cuadro desprende la felicidadque despierta el vino y gran sensualidad, gracias a algunos desnudos. Sobre todo el que aparece en el ángulo derecho, una figura desnuda y dormida que nos remite a Ariadna, personaje de la mitología ligado a Baco.

    Sesospecha que la figura femenina recostada en el centro de la tela, en cuyo escote se halla la firma del pintor, es posiblemente Violante, el amor del artista en aquellos momentos. En la partitura que aparece en la parte inferior central junto a la anterior se puede leer  “Quien bebe y no vuelve a beber, no sabe lo que es beber”.

     

    EL GUSTO (JAN BRUEGHEL I)

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    Un sátiro y una ninfa, inmersos en una exuberante reunión de alimentos, aluden a la gula y encarnan el sentido de El Gusto. En primer plano, destaca la opulencia del bodegón, una cocina en la que se disfrutan de suculentos manjares: vino, vegetales, frutos, pesca y caza. Se trata de una escenografía artificial y simbólica que comprende, asimismo, obras de arte; a la izquierda, un cuadro del propio artista, Cibeles y las estaciones. Al fondo, el frondoso paisaje exterior aluden a la abundancia de los Paises Bajos.

     

    EL REY BEBE (DAVID TENIERS)

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    Este cuadro nos muestra una divertida costumbre del folklore popular belga. En las fiestas campestres se elaboran unas tortas, en cuyo interior se oculta una moneda. Cuando se reparten, a aquel que le ha tocado la parte donde se esconde la moneda, será coronado rey por un día.

    El rey será portador de la corona de cartón, mientras alguien detrás de él anunciará a los presentes que el “rey” está bebiendo. Para completar la representación se le ofrecen manjares y un bufón hará cabriolas para divertirle.

    Como curiosidad, en estas celebraciones, el rey tiene que beber todo cuanto le sirven.

    Una vez más, queda demostrado que el vino es arte y que desde siempre ha estado unido a la cultura, que ocupa un espacio muy merecido en nuestra vida y eso se refleja en nuestros museos.

  • Los taninos existen, no son leyenda.

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    El hombre es crédulo por naturaleza. Sabemos que es bueno que nuestro móvil tenga 4G, que baje la prima de riesgo o que el PH del champú sea equilibrado, aunque en realidad no sabemos muy bien qué significa nada de esto. Es decir, continuamente aceptamos pulpo como animal de compañía.

     

    Con los vinos pasa igual. A menudo leemos notas de cata, que incluyen palabras familiares, que hemos escuchado mil veces, y que en realidad no sabemos muy bien qué significan. Pero eso sí, sabemos que si la descripción del vino las incluyen, es buena señal.

     

    Eso mismo sucede cuando hablamos de los taninos del vino. Todos hemos oído hablar de ellos, aunque no siempre tengamos claro de dónde vienen, de cómo afectan a la calidad final del vino y su forma de disfrutarlo.

     

    En términos químicos, los taninos son grandes moléculas llamadas polímeros, que a su vez se dividen en minúsculas unidades llamadas monómeros.

     

    Podemos encontrarlos en la corteza, frutos y hojas de una gran cantidad de plantas y su principal función es la defensa de la misma, ya que su sabor, ahuyenta a posibles enemigos, otros animales e insectos.

     

    En el caso de la uva, podemos encontrar taninos en las hojas de la vid, así como en la piel de cada grano (hollejo), en los tallos y en las semillas.

     

    En el momento de pisado de la uva y de la fermentación, todas las partes mencionadas están en contacto directo con el mosto, produciéndose la absorción de taninos. Además, el proceso de envejecimiento en barricas de roble, potencia los taninos y al mismo tiempo los redondea proporcionando un sabor único y aromas muy agradables.

     

    Los taninos, entre otros factores, son clave en el proceso de envejecimiento del vino y de su complejidad. Cuantos más taninos tenga un vino, más prolongado podrá ser su envejecimiento en madera. Como resultado, los vinos tánicos mejoran cuando son añejos, cuando se redondean y se vuelven más armoniosos y complejos. Sin embargo, cuando son más jóvenes pueden resultarnos a veces más astringentes.

     

    Como vemos, los taninos son básicos en la estructura final de un vino. Y lo más importante son como Teruel - existen. No son leyenda. Aunque pueden hacer que algunos vinos, puedan llegar a serlo.

     

    Fuente foto: www.casadelvino.co.nz

  • Vinos de frutas: del árbol a la copa

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    Se consideran vinos fermentados de frutas todos aquellos cuya base está  elaborada con una cantidad significativa de la misma. Históricamente han sido muy populares en zonas de climas fríos como Norteamérica y Países Nórdicos. En zonas más cálidas como África o India, se producen con base de plátano. En otros lugares como Gran Bretaña, se denominan “vinos del país”, que no debemos confundir con la denominación francesa “vin de pays”.

     

    El vino de fruta puede producirse a partir de casi cualquier parte de la planta que pueda ser fermentada. Muchas frutas y bayas pueden producir vino, aunque, salvo las uvas,  pocos vegetales tienen las cantidades equilibradas de azúcar, ácido o sales nutritivas adecuadas para la alimentación. Por este motivo, en la mayor parte de los países, los vinos se ajustan en uno o más aspectos de la fermentación. Algunos requieren la adición de azúcar o miel para hacerlos agradables al paladar y para aumentar el contenido de alcohol.

     

    La cantidad de azúcares fermentables suele ser baja y es necesario complementarlo con un método llamado chaptalización y así obtener suficientes niveles de alcohol en el vino terminado. A menudo también se añade sacarosa, manteniendo el nivel de acidez aceptable. Cuando la gravedad específica de la solución inicial es demasiado alta, lo que indica un exceso de azúcar, se puede añadir agua para ajustar la densidad relativa hasta que resulte adecuada, según criterio del enólogo.

     

    A priori, muchos tipos de frutas tienen un contenido de ácido natural demasiado alto para producir un vino de fruta y que resulte agradable. Es el caso de las cerezas, piñas, fresas y frambuesas. Con ellas, se opta por añadir agua antes de la fermentación, para reducir la acidez y regular el contenido de azúcar. Esta técnica diluye el intenso sabor de las frutas, que se compensa añadiendo azúcar de nuevo tras la fermentación y potenciando su sabor.

     

    Encontramos que muchos vinos de frutas tienen carencia de nutrientes, o no disponen de la levadura natural necesaria para provocar la fermentación. Esta carencia se compensa con la adición de nitrógeno, fósforo y potasio como  nutriente de levadura.

    Estos son algunos ejemplos de vinos de frutas muy exóticos producidos en otros países:

     

    Vino de piña

     

    La fermentación del jugo de piña se lleva a cabo en depósitos de temperatura controlada. El resultado es un vino de fruta suave y seco con un fuerte aroma de piña. Comenzó a producirse en Hawaii por TedeschiVineyards. También se fabrica en Nigeria por WinesJacobs, la primera bodega de piña en África. Existen otras variedades de vino de piña, que se hacen en Okinawa, Japón, con una graduación alcohólica de 11,5%.

     

    Vino de ciruela

     

    El licor de ciruela es muy popular en Japón, Corea y China, donde se conoce como meijiu. El Umeshu es una bebida alcohólica japonesa,que se consigue al agregar ciruelas verdes enshochu, consiguiendo un vino dulce y suave. Encontramos un licor similar en Corea, llamado maesil ju.

    Generalmente, tanto las variedades japonesas como las coreanas de vino de ciruela incluyen en su interior de las botellas las frutas enteras.En Taiwán, un popular innovación II Guerra Mundial basado en licor de ciruela japonés es wumeijiu. Otra bebida similar es eljerkum, hecho a partir de ciruelas fermentadas de forma parecidaa las manzanas para la sidra.

     

    Vino de diente de león

     

    El vino de diente de león es fruto del contenido moderado de alcohol que incluye. Está hecho de pétalos de diente de león y de azúcar. Además, se suele combinar con un ácido y con productos químicos de vinificación como metabisulfito de sodio.

     

    Vino de grosella

     

    El vino de grosella se produce en zonas frías del norte, donde es difícil cultivar uvas de alta calidad. Su equilibrio químico natural es tal que a veces se puede fermentar sin ningún tipo de sustancias adicionales. Grosellas rojas y whitecurrants contienen sólo una pequeña cantidad de hidratos de carbono; en ocasiones esto requiere la adición de azúcar o miel.

     

    Vino de la cereza

     

    Se produce a partir de cerezas agrias, que generalmente proporcionan la dosis de acidez necesaria. Se producen diferentes variedades de vino, incluidas las versiones con especias y mezclas de cereza y uva.

    El más popular es el "CherryKijafa", un vino de cerezas que se produce en Dinamarca, con sabores naturales añadidos. Por lo general, contiene 16% y se exporta a muchos países de Europa y América del Norte.

     

    Los vinos de frutas no suelen mejorar con la edad y por lo general, están destinados a ser consumidos al año de ser embotellados. Pero siendo España productor de vinos de calidad, nos pueden interesar estos vinos mas allá de una aventura exótica???

     

    Fuente foto: okanaganwine.club 

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